Prosperarás en todo lo que decidas hacer y la luz brillará delante de ti en el camino.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Mejor comer pan duro donde reina la paz, que vivir en una casa llena de banquetes donde hay peleas.
Estén siempre llenos de alegría en el Señor. Lo repito, ¡alégrense!
Cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien.
De la misma manera, el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para su vida en rescate por muchos.